Que Dios Padre te bendiga, te muestre su rostro y te conceda la paz. Amén.
Que Dios Padre te bendiga, te muestre su rostro y te conceda la paz. Amén.
Iniciaste sesión como:
filler@godaddy.com
Inicio| Dios Padre | Autobiografía | Escritos | Salvación | Oraciones | Recomendaciones | Temas
¿Qué hacer en situaciones límites como accidentes inesperados o catástrofes naturales?
En el último instante, decir o pensar "Jesús", puede decidir la salvación eterna de tu alma. Se recomienda decir o pensar “Jesús”, con un sentimiento de sincero arrepentimiento por todos los pecados que has cometido durante tu vida y con un deseo de alcanzar la salvación.
“Jesús, perdón, sálvame”.
Muchas almas que debían estar condenadas en el Infierno, se salvaron por la intercesión de la Santísima Virgen María.
San Buenaventura (1221-1274) dijo que María es la salvación de todos los que la invocan. Dios Padre le dijo a Santa Catalina de Siena: “Por mi bondad y reverencia al Misterio de la Encarnación, he concedido a María, Madre de mi Unigénito Hijo, la prerrogativa de que ningún pecador, por grande que sea, que se le encomiende devotamente, llegue a ser presa del fuego del Infierno”. (San Alfonso María de Ligorio, Las Glorias de María)
Los demonios temen de tal manera a la Santísima Virgen María que, al oír su nombre, huyen de aquel que lo nombra como de fuego que los abrasara. (San Alfonso, Las Glorias de María)
“María, Madre Mía, ayúdame”.
Nuestro Señor Jesucristo le reveló a Santa Isabel de Hungría (1207-1231) que aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Virgen María en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
“María, Madre Mía, en nombre de tus dolores, intercede por mí”.
Las almas tienen que pedir perdón a Dios y también tienen que pedir la salvación.
Nuestro Señor Jesucristo le dijo a Santa Faustina Kowalska (1905-1938): “No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica mi compasión, sino que lo justifico en mi insondable e impenetrable Misericordia”. (Diario de Santa Faustina, 1146)
Nuestro Señor Jesucristo le dijo a Santa Faustina Kowalska: “Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de mi Misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Proclama que ningún alma que ha invocado mi Misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión”. (Diario de Santa Faustina)
Nuestro Señor Jesucristo le dijo a Santa Faustina Kowalska: “Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad”. (Diario de Santa Faustina)
Dios te bendiga. Mi nombre es Stefania. Te pido oraciones por mi sanación. ¡Dios te recompense por tu bondad!